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Historia del curso de Interpretación Musical del maestro Jordi Mora contada por él mismo
Con motivo de una entrevista en radio Nacional Clásica (septiembre 2006), a pedido del conductor Jordi Mora escribió: Todo empezó en octubre de 1990 con una invitación del director argentino Guillermo Becerra, quien entonces era titular de la Sinfónica de Mar del Plata. En el programa figuraba la sinfonía del compositor español J. C. Arriaga como obra principal. En uno de los días libres me llevaron a visitar la Estancia Santa María de la Armonía, un lugar que me sorprendió inmediatamente tanto por su belleza como por su especial energía, pero muy especialmente por quienes allí vivían y organizaban: las Servidoras, mujeres dedicadas enteramente a la enseñanza y propagación del Cristianismo a través de la educación, el arte, la música, la ciencia y la cultura en general. Su organización se extiende por toda la Argentina y su fundador fue el Padre Etcheverry, ya fallecido hace años en España, y que fue el gran inspirador de las ideas antedichas. Bajo el nombre organizativo oficial de Fundación Cultural Argentina y teniendo a la eminente filosofa y teóloga Lila Archideo como directora, Santa Maria de la Armonía está principalmente llevada por Suky Pérez, que sin duda ha sido el alma de los cursos de música que se están llevando a cabo allí desde hace 16 años. Les dije que era un lugar ideal para hacer cursos de música y así, a partir de febrero de 1991 y con la ayuda decisiva de la pianista Graciela Alías, se iniciaron los Campus Musicales de verano que perduran hasta hoy. Ya en el primer curso no solo se apuntaron estudiantes de buen nivel, sino que también, cosa bastante insólita, instrumentistas y cantantes profesionales venidos de diferentes lugares del país, como Buenos Aires, La Plata, Bahía Blanca, Mendoza, San Luis, Mar del Plata e incluso de países europeos como España, Austria y Alemania. En esos cursos fui desarrollando como en ningún otro lugar he podido hacer y durante 10 años todo el método fenomenológico que aprendí con mi Maestro, Sergiu Celibidache. Durante este tiempo los cursos constaban de 8 horas de clases prácticas y unas dos horas de conferencia diarias. Esa combinación ideal de práctica y explicación hizo que muchos de los músicos no vinieran solo una vez, sino que año tras año fuéramos profundizando todos juntos en el conocimiento musical que conlleva la Fenomenología. El estudio de la Música implica ya mucho más que lo puramente musical: aspectos esenciales de la vida salían a flor y el avance de comprensión musical y espiritual se hacía palpable año tras año. En estos años he tenido los alumnos más dedicados y serios que he tenido jamás: algunos grababan las clases y luego durante el año los pasaban por escrito a máquina (los ordenadores vinieron después...). Hasta 200 y 300 páginas de apuntes consiguieron hacer algunos de ellos. El "tempo" y el "contenido" del aprendizaje se encontraron y unieron de una forma decisiva en mi vida: el ideal de mi Maestro, la enseñanza directa y vivenciada de lo que uno siente y ve que es esencial necesita tiempo, método y digestión, pero también el lugar ideal, que ha sido sin duda Santa Maria de la Armonía. Después de estos 10 años de planteamiento integral del método, los años siguientes han sido variaciones sobre esos conocimientos. El resultado ha sido la formación de una generación de músicos argentinos que han recibido, unos más y otros menos naturalmente, una enseñanza integral de lo que es la esencia misma de la Música: la vivencia de la Unidad a través de las relaciones estructuradas de los sonidos. Para mi hay un antes y un después de estos 10 años (del 1991 al 2000). El resto de los numerosos cursos y conferencias que doy en todo el mundo llevan el aprendizaje que yo mismo viví en los cursos en La Armonía. En el 2000 se celebró el 10º aniversario de los cursos, fiesta en la que se llegaron a interpretar partes de la Pasión según San Juan de J. S. Bach. El impacto fue tan grande, que los cursos se ampliaron a otras poblaciones. Así en 1998 se empezó un curso anual en Buenos Aires y otro en La Plata. Este año, 2006, se han celebrado el 9º curso consecutivo en estas dos poblaciones. En Tandil se inició un año después. En Santa Fe se iniciaron los cursos en el 2005. Aparte hubo numerosas conferencias y charlas aisladas en otras ciudades del país como Bahía Blanca. En Buenos Aires se inició hace 4 años un curso sobre las Sonatas de Beethoven que dos años más tarde se ampliaría a toda su obra pianística y a la del compositor catalán Mompou. En esos cursos ha habido también estrenos mundiales de compositores argentinos (Fermina Casanova) quienes también asistieron a las clases y conciertos de sus obras. En 1996 se amplió la participación a solistas (pianistas, guitarristas, celistas, violinistas, etc.), pudiendo ampliar de esta forma el repertorio considerablemente. También han participado coros (Tandil, La Plata, Mar del Plata), orquestas de cámara y en los últimos años también hay clases de dirección de orquesta y coro. De los cursos en Santa María de la Armonía han surgido también grupos estables, el más notable y conocido el trío porteño Armonía Opus Trío, conjunto que ya ha viajado por todo el país y por Europa (Francia, España y Rusia). A todo esto hay que unirle el hecho de haber dirigido durante estos años varias orquestas del país incluidas las Sinfónicas Nacional, de Bahía Blanca, de Santa Fe y de Mar del Plata. Calculando a grosso modo habrán pasado, sumando todos los cursos, desde el año 1991 hasta el día de hoy unos 500 músicos, algunos de ellos haciendo varios cursos. El repertorio trabajado es amplísimo, desde obras vocales de Monteverdi, pasando por el barroco, mucho clásico, mucho romántico y siglo XX hasta estrenos mundiales. Y lo más importante es que los cursos se continúan haciendo y algunos de los que vinieron los primeros años vuelven a venir... La Música es la vivencia de un redescubrir y un recrear constante de la obra en el aquí y en el ahora y esto es finalmente lo más grande que se puede aprender.
Jordi Mora Santa Fe, septiembre de 2006
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